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¿Se han dado cuenta que el consumo de frutos secos es un hábito que cada vez toma más fuerza en nuestro contexto? ¡Todo el mundo quiere incluirlos en su dieta! Pero ¿realmente conocen todas las bondades nutricionales que nos aportan estos maravillosos alimentos?
Pues antes de hablar de beneficios, es importante aclarar el concepto de "frutos secos". Se denominan así aquellos frutos o semillas que, en su composición natural, tienen menos de un 50% de agua. Además, son alimentos a partir de los cuales se puede extraer aceite, por eso las plantas de las que provienen se llaman oleaginosas.
Teniendo en cuenta el concepto, dentro de este grupo de alimentos encontramos: el maní, las almendras, nueces, pistachos, avellanas y semillas como las de girasol, ajonjolí, chía y calabaza. Vale la pena aclarar que las frutas deshidratadas como los arándanos o las uvas pasas no entran en este grupo. ¡A veces podemos confundirnos!
Los frutos secos tienen múltiples propiedades nutricionales entre las cuales podemos destacar las siguientes:
1. Son excelente fuente de grasas saludables, las cuales disminuyen los niveles de colesterol malo y triglicéridos. 2. Aportan proteína vegetal a nuestra dieta, ideal para contribuir al funcionamiento hormonal y al mantenimiento de la masa muscular.
3. Son fuente de fibra que mejora el tránsito intestinal y regula el azúcar en la sangre. 4. Contienen vitamina E que actúa como antioxidante, mejorando el aspecto de nuestra piel, cabello, uñas y demás tejidos.
En general, los frutos secos deberían incluirse dentro de la dieta diaria para obtener todos sus beneficios, pero ¡ojo! debido a que son alimentos con alta densidad calórica, la porción consumida no debe ser mayor a un puño diario. Recuerden, todo está en el equilibrio. Se deben consumir pero no en exceso. Preferiblemente debemos acompañarlos siempre con frutas o verduras.
Ahora si ¡a alimentarse conscientemente!
Alejandra Reyes - Nutricionista Foody